viernes, 1 de junio de 2018

FIESTA FIN DE TEMPORADA

Y nos juntaremos para celebrar otra temporada llena de deporte, experiencias, nuevas amistades y mucho baloncesto de alta montaña... Os esperamos¡¡¡¡


jueves, 26 de abril de 2018

CRONICA DE UN VIAJE INOLVIDABLE


Crónica de un viaje extraordinario a un fantástico país


Tras la experiencia del Torneo de Paris Beauvais en 2017, las sarrias U14 del Valle de Benasque volvieron a tener la posibilidad de disfrutar de una provechosa actividad de encuentro, cultura, idiomas y baloncesto, esta vez en la republica de Irlanda (Eire).

A través del Malahide Basketball Club, el cual participó en el torneo parisino, se organizaron una serie de actividades que conformaron un viaje pleno de satisfacción y aprovechamiento a las oscenses.

Excelente organización de Malahide Basket Club. Queremos dar las gracias a Ruth por su simpatía y buen trabajo en el desarrollo del torneo, y esperamos que nos visite pronto en España.

Tras la llegada el viernes por la noche al aeropuerto de Dublín, muy cercano al bonito pueblo de Malahide, las jugadoras españolas fueron acogidas en las casas de sus corresponsales irlandesas, con los típicos momentos de nervios e incertidumbre.




La mañana del sábado nos da una sorpresa y despunta con un sol radiante y un clima muy primaveral. El grupo visita el fantástico castillo de Malahide, de la dinastía Talbot (Tudor) y nuestras sarrias ponen a prueba su nivel de inglés.












Tras un lunch de lo mas anglosajón, nos dirigimos al “gym” donde a las sarrias les espera nada mas y nada menos la selección de Dublín U14, dispuesta a competir con ese equipo español de jugadoras no muy altas que acaba de llegar.






Tras un comienzo dubitativo, con transiciones mal defendidas y con ataques espesos al ser jugadoras de distintas edades que no han jugado este año juntas, las sarrias se ponen las pilas y comienzan a correr frente a las torres irish, para acabar llevándose el partido y ofreciendo su carta de presentación.





Nada mas acabar el partido, baile irlandés todas juntas para celebrar el deporte como elemento de unión entre personas y pueblos.

Tras una cena temprana y copiosa en el típico “pub” irlandés, es hora de descansar y seguir riendo con sus nuevas amigas.









El domingo es día de seguir compitiendo, y para empezar, contra las subcampeonas nacionales de Irlanda, Killester Basketball, que esta vez no pillan de sorpresa a las rojillas y estas mantienen el control del partido en todo momento, yendo todo el equipo al rebote y minimizando los malos tiros. Comienzan a fluir los pases, a compartir el balón.





Siguiente reto, el equipo mas rocoso del país, por decirlo de alguna manera, Kilcock Basketball, pero esto no asusta a las sarrias, que peleando cada balón y haciendo correr a un equipo de corta rotación, consigue agotarlas para anotarse la victoria y el pase a la final.






En la final, cosas del baloncesto, se encuentran los dos equipos mas “ligeros” y rápidos de la competición, Tullamore Basketball y Basket Alta Ribagorza. El balón vuela por el aire, es poco retenido y las acciones vistosas se suceden. Las sarrias tienen algunos despistes defensivos que mantienen vivo al rival y se llega a un final de infarto con prorroga incluida, para regocijo de los presentes que estaban disfrutando de un partido. 

Los responsables de Basket Alta Ribagorza no lo tenían tan claro pues veían peligrar el horario del tren que les tenía que llevar a Dublin esa tarde.








En la prorroga, sigue el intercambio de canastas, y se llega a un 30-31 para las irlandesas a falta de una jugada de ataque oscense, pero los nervios juegan una mala pasada, no se sigue el plan trazado en el tiempo muerto postrero y se pierde la opción de ganar la final, tras un meritorio torneo.

Tras la pequeña frustración inicial, intercambio de regalos y discursos y todas las jugadoras mas que contentas de haber disfrutado de la competición y el encuentro.














Rapidamente camino a la estación de Malahide y llegada a Dublin, donde un piano de uso libre da la oportunidad a las basketmúsicas de la Escuela de la Ball de deleitar a los presentes con baile incluido.




Alojadas en el albergue, se disfruta de un pequeño paseo y la cena en Dublín, y se visita a la famosa Molly Malone.











El domingo, el grupo realiza el famoso Viking Splash Tour, donde el guía hace las delicias de las sarrias, con un recorrido divertido y cultural a la vez, con el momento culminante de la entrada del vehículo anfibio en las aguas de los canales dublineses, donde Jara y Elsa tuvieron la oportunidad de “conducir” el histórico cacharro, proveniente del desembarco de Normandía en la II guerra mundial.


















Tras el momento “shopping” en las calles de Dublín, un atasco curioso del bus camino del aeropuerto nos va ayudando a volver a la realidad, y pensar ya en como será el viaje del año próximo.